EMOCIONES CONTROLADAS



Guiarse por las emociones trae como consecuencia vidas inestables, por lo tanto, si tu vida está basada en los sentimientos, terminarás tomando decisiones y actuando de formas que más adelante te vas a arrepentir.

Pregunta ¿Te pasa con frecuencia que en un momento te sientes bien y al poco tiempo te sientes con ira o con tristeza?; estos cambios de estados de ánimo te harán sentir incomodo(a) y quebrantarán tus relaciones con los demás, especialmente con los seres cercanos y amados.

Dios quiere que vivamos controlando nuestras emociones y no que las emociones nos controlen a nosotros.
En la carta a los Romanos capítulo 8, verso 8 dice “y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios”. (RVR60)
Vivir según la carne es permitir que la naturaleza humana, que los pensamientos negativos, que los temores, que los deseos personales o que los cambios de estado de ánimo sean los que gobiernen la vida.
Vivir bajo el espíritu es ganar “dominio propio” sobre nuestra naturaleza carnal, con el poder el Espíritu Santo de Dios actuando en nosotros.

Tú necesitas ser dueño(a) de tus sentimientos; es decir, que el dominio propio impida que esas emociones controlen tu vida, así, aunque tus emociones cambien, vas a tener un balance.

Revisa tu estado actual, primero físicamente. Tu condición de salud física, tu tiempo de descanso, en nivel de estrés que estés experimentando; la calidad de la alimentación; las rutinas diarias; etc.
Luego revisa tu estado espiritual. Tu tiempo devocional y de oración, tu nivel de fe, tu compromiso con ser obediente a la Palabra de Dios, tu asistencia a la iglesia para congregarte, porque de tu debilidad emocional también proviene de la debilidad espiritual.

Órale al Señor para pedirle revelación, también para que el fruto del Espíritu Santo que trae dominio propio crezca en ti, pídele que te de sabiduría y fortaleza para enfrentar cualquier situación, pero también cambia lo que físicamente no estés haciendo bien. Tu balance físico y espiritual traerán estabilidad a tu vida

Oremos “Amado Padre celestial, te pido que tu Santo Espíritu me fortalezca, ayúdame a mantenerme estable, especialmente cuando mis emociones estén desbordadas. Sana mis emociones y dame sabiduría para cuidarme físicamente, esto lo pido en el nombre de Jesús, Amén”.

Versículo “y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios”. Romanos 8:8 (RVR1960)

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